La barriga: Esa simpática curva de la felicidad


La barriga goza de mala prensa en nuestros días. Esta curva de la felicidad, fruto de las alegrías culinarias y de alguna que otra copa de más, está proscrita. Son muchos los hombres que temen que su barriguita bonachona se convierta en una socarrona “tripa cervecera”. Ante tal amenaza, jóvenes y no tan jóvenes llenan los gimnasios, sobre todo durante los meses que preceden al verano. Basta con darse una vuelta por una sala de musculación para ver a toda una tropa de varones “sudar la gota gorda” con el objetivo de conseguir la tan soñada “chocolatina” en sus abdominales. Tras observar esta escena, no quedan dudas sobre la influencia social que ejercen los chicos de físico espectacular que adornan los anuncios de perfumes o de ropa interior. Y, claro está, los varones quieren estar en forma antes de lucir el bañador. No obstante, los hombres con unos kilos de más acumulados en su zona abdominal no deben preocuparse, ya que todavía quedan muchas mujeres que aprecian la mullida tripita de su compañero sentimental. 

Pero, quienes no estén convencidos de este argumento, pueden recurrir a una serie de pequeños trucos cotidianos para mantener a raya la barriga. En primer lugar, practicar ejercicio. Muchas veces la barriga ha sido ganada a pulso por las hábitos sedentarios del individuo en cuestión, cuyos máximos trayectos durante la jornada son los que le llevan del ascensor de casa al coche, y del coche al ascensor del trabajo. Por eso, nada mejor que encontrar un poco de tiempo para practicar ciclismo, footing, natación o gimnasia aeróbica. Sobre este punto no tienen excusa quienes se quejan de un horario apretado, porque si no encuentran un momento para escaparse a la piscina o al gimnasio, siempre pueden dedicar un cuarto de hora diario a los impopulares, y sin embargo eficaces, ejercicios abdominales. 

 Otro aspecto fundamental, quizá el más duro para los aficionados a comidas grasas y flatulentas, es seguir una dieta equilibrada. En este caso hay que recurrir a la fuerza de voluntad y reducir el consumo de frituras y dulces. Es decir, alejarse de la comida basura. Pero tampoco debemos fiarnos de ciertos ingredientes de la cocina tradicional, puesto que las legumbres, plátanos, castañas y alcachofas aumentan los gases durante la digestión. Además, a los carnívoros empedernidos se les aconseja optar por las carnes magras en lugar de por las rojas. En otras palabras, los mejores aliados para reducir la barriga son los cereales, fibras, frutas y verduras. 

 Finalmente, si el propósito de reducir la tripa es firme, el último esfuerzo consiste en espaciar el consumo de alcohol y bebidas con gas. De esta forma, durante las noches de los fines de semana se pondrá de moda el agua mineral. Un hábito, por cierto, muy recomendable, ya que beber dos litros de agua diarios facilita la eliminación de las toxinas que se acumulan en los abdominales.