Las meriendas integrales son una opción excelente para realizar en una comida que no debemos pasar por alto diariamente ya que nos ayuda a mantener el hambre bajo control. Generalmente, la merienda es una comida rápida y también frugal que consta de una infusión acompañada con galletas, tostadas o pasteles que contienen harina, azúcares refinadas y aceites hidrogenados (grasas trans).
Meriendas integrales
Sin embargo, todos esos alimentos son absorbidos de forma rápida por el aparato digestivo y producen un aumento rápido de azúcar en sangre algo beneficioso a mitad del día, pero como contrapartida al transcurrir un par de horas se genera una importante disminución de ésta, con lo que se manifiesta una sustancial sensación de cansancio y baja energía. Al merendar se logra un equilibrio ya que evita largos intervalos entre el almuerzo y la posterior cena.
Existen ciertas pautas que es conveniente tener en cuenta y lograr así elaborar meriendas integrales que no deben traducirse en agregar calorías al organismo sino brindarle la energía que necesita para cubrir adecuadamente el gasto calórico llegando a la hora de la cena con menos apetito. Es necesario además, no saltearse ninguna comida durante el día ya que se afecta el metabolismo, por un lado se hace más lento el gasto de calorías y por el otro se sufre el riesgo de sentir malestar, mareos o bajar el rendimiento.
Una merienda integral favorece el buen funcionamiento del metabolismo y del gasto calórico, incorporando los nutrientes necesarios, agregando además la energía necesaria para un buen rendimiento físico e intelectual. Cubrir las necesidades energéticas diarias es fundamental, con un desayuno que aporte el 25% de energía, un almuerzo que aporte el 35%, además de una merienda que cumpla con un 15% y una cena que contenga un 25% restante.
Cereales integrales, queso untable bajo en grasas, una infusión, zumo de frutas, pan integral tostado, fiambre de pavo, son solo algunas opciones para preparar una merienda integral sustanciosa que brindará la energía suficiente para continuar la jornada y llegar a la hora de la cena con un apetito regular. Es posible combinar diferentes alimentos que se ajusten a los gustos y necesidades particulares, pero jamás subestimar la improtancia de esta comida que no debe saltearse, ya que además de saludable es necesaria.