Cómo elaborar tu desmaquillante natural casero


Hace unos dias, hablábamos de la importancia de tener una piel limpia ya que es fundamental para mantener su salud y en este caso, la cosmética natural puede ser una gran aliada.
Si bien la limpieza diaria de la piel debe ser exhaustiva, debemos prestar más atención si cabe cuando nos maquillamos. Los restos de maquillaje pueden obstruir nuestros poros y producir los indeseados puntos negros, espinillas y granitos, o simplemente que la piel luzca apagada.

En el mercado podemos encontrar diferentes tipos de desmaquillantes en múltiples formatos: leches desmaquillantes, fluidos, espumas o aceites (entre otros).
Aunque nos ocuparemos más adelante de diferentes desmaquillantes a la venta, desde ecosmetica natural vamos a darte algunas ideas con los que conseguir un buen resultado por poco dinero.

Aceites vegetales: un efectivo desmaquillante natural

Los aceites vegetales por su estructura química son un buen aliado a la hora de arrastrar todos los restos de maquillaje de la piel, independientemente de que sean resistentes al agua o no y además sin dañar la piel ni ser abrasivos (como ocurre con muchos productos comercializados que encontramos habitualmente).
Además, por sus propiedades emolientes e hidratantes ayudarán a cuidar nuestra piel sobre todo con las bajas temperaturas de estas fechas.
Dos buenos aceites para esta finalidad sería el aceite de almendras dulces y el aceite de oliva. Son fáciles de conseguir y además su precio es económico en comparación con otros aceites cuya dificultad de extracción o escasez aumentan considerablemente su coste.

 Cómo utilizarlos

Para conseguir unos resultados óptimos, es recomendable depositar una pequeña cantidad de aceite sobre las manos y masajearlo por rostro y cuello con movimientos circulares para facilitar la retirada del maquillaje. Cuando hemos impregnado toda la piel y los restos de maquillaje han comenzado a desprenderse y quedar mezclados con el aceite, lo retiraremos cuidadosamente con discos desmaquillantes o algodones hasta dejar la piel libre de restos.
Para conseguir una limpieza mayor es recomendable enjuagar posteriomente con agua templada para eliminar los últimos restos y reducir el exceso de aceite.
Dado que el agua no retirará todo el aceite, estaremos favoreciendo la hidratación de la piel ya que continuará absorviendo el aceite restante.
Posteriormente, podemos aplicar nuestro tónico habitual (sobretodo si no nos gusta la sensación de la piel después de emplear el aceite) y/o nuestra crema hidratante creemos necesario aportar un plus a la piel.