Las pieles demasiado sensibles se irritan con facilidad, y un descuido al sol, el agua del mar o la piscina y hasta algunos cosméticos producen rojeces y ardores.
Vamos a darte entonces una leche calmante casera para pieles sensibles, que aliviará la irritación y la sensación de tirantez, ayudando además a humectar la piel sensible.
Necesitarás entonces dos hojas de lechuga y dos zanahorias, picando las primeras y rayando las segundas.
Colocamos en un bol, agregamos 14 cucharadas de leche y cubrimos con poca cantidad de agua hirviendo. Dejamos macerar unas doce horas.
Al día siguiente, colamos todo para tener nuestra leche, que aplicaremos con pequeñas compresas de algodón, cada vez que necesitemos refrescar y calmar la piel.
Puede guardarse durante unos cinco días en la nevera.
Fuente: Belleza Natural