Las personas con la piel muy blanca son concientes que tienen que tener mucho más cuidado puesto que sus pieles son más delicadas que las que están más pigmentadas.
En efecto, las pieles muy blancas son más propensas a los daños del sol como quemaduras, e incluso pueden desarrollar cáncer de piel con más facilidad. Pero también son más propensas a las arrugas, manchas o alergias.
Por ello, los cuidados deben ser más severos en las personas con pieles demasiado blancas. Así, deben salir a la calle con un filtro solar FPS 30 en verano o invierno, acostumbrarse a utilizar gorros, sombreros o gafas de sol en toda ocasión que estén al aire libre y evitar bajo toda circunstancia la exposición al sol entre las 11 y 16 horas.
Al mismo tiempo, las pieles blancas deben exfoliarse regularmente, e hidratarse en forma abundante. También, es importante que escojan siempre que puedan cosméticos hipoalergénicos, para pieles sensibles, libres de alcohol, desodorante o colorantes para que no aparezcan manchas e irritaciones.
Otras medidas útiles para pieles muy blancas es tomar mucho agua para que permanezcan naturalmente hidratada, y consumir una dieta alta en antioxidantes, (vitaminas A, C y betacarotenos).
Fuente: En Plenitud