Directamente desde Brasil llegó a Estados Unidos y en poco tiempo se hizo completamente popular ya que prometía unos efectos en la imagen y la salud de nuestro cabello completamente espectaculares. Hablamos del alisado de queratina que, por su procedencia, fue también bautizado como alisado brasileño.
La gran fama que adquirió en relativamente poco tiempo tiene que ver con los beneficios que se le suponían. Así se afirmaba que el alisado de queratina era una técnica capaz de nutrir, reconstruir, alisar, desencrespar y dar brillo a todo tipo de cabello, sea cual fuera su estado al inicio del tratamiento.
Las promesas del alisado de queratina en cuanto a la posibilidad de convertir en ondas el pelo ultra-rizado, en alisar el pelo ondulado y en someter al peine al pelo rebelde hicieron concebir esperanzas a muchas mujeres. Así no era de extrañar que el alisado de queratina acabara desembarcando en España donde es ya seguido por toda una legión de devotas que ensalzan sus propiedades y beneficios. Todo ello a pesar de un precio que oscila entre los 200 y los 500 euros.
El tratamiento de alisado de queratina comienza con un primer lavado en el que se aplica un producto de arrastre, tras el cual se seca bien el cabello. Una vez seco se vuelve a empapar con un líquido rico en queratina. Recordemos que la queratina es la sustancia de la que está compuesto el pelo. Tras volver a secar el cabello, se procede a pasar una plancha para que el la queratina se introduzca en el interior del cabello y éste se alise.
El protocolo del alisado de queratina dice que el pelo debe estar sin lavar ni alterar entre 6 y 36 horas y que con eso conseguiremos mantener nuestro cabello suave, brillante y satinado durante unos cuatro meses. Pero al igual que surgió una auténtica legión de devotas del alisado de queratina, pronto comenzaron a llegar las contra indicaciones concretamente por el uso de un componente peligroso, el formal de hído.
El formal de hído es una sustancia peligrosa especialmente cuando se calienta y transforma en vapor, como ocurría al aplicar el alisado de queratina. Este producto está permitido en concentraciones máximas del 0,2% en productos cosméticos.
El problema es que según las mediciones realizadas se daban concentraciones mayores con lo que la polémica estaba servida. A pesar de las protestas de muchos fabricantes todo desembocó en 2010 en una recomendación de no utilización de varios de los productos de alisado de queratina. Y esta recomendación trajo consigo un cambio en el mercado de los cosméticos utilizado en este tratamiento.
Así desaparecieron muchas de las marcas que se comercializaban para que otras, más respetuosas con los límites, empezaran a ocupar su lugar. Aunque se entiende que estas nuevas sustancias que respetan los máximos de formaldehído tienen una eficacia algo menor que las primigenias, lo cierto es que todos los profesionales admiten que los resultados siguen siendo espectaculares. Y de hecho es tanto el éxito a nivel popular del alisado de queratina que los champús y acondicionadores han ido incluyendo la palabra queratina en sus etiquetas, a pesar de que obviamente no tienen la capacidad alisadora de los tratamientos profesionales.