Pocos tipos de cabellos requieren tanto cuidado como aquel que es fino pero con tendencia a la grasitud.Es que el cabello se apelmaza fácilmente y pierde volumen, luciendo escaso y sin vida.
Por ello, es necesario disponer de dos champúes que quiten el aspecto de suciedad y grasitud, con un feo brillo del exceso de oleosidad. Uno es un champú antigrasa-sobrerregulador. Es suave y sin jabón para todos los días. Lo encontrarás en tu tienda habitual o farmacia. El otro es uno especial para pelo graso, de una buena firma cosmética.
Hay que lavar con suavidad, evitando el contacto con la raíz, pues la espuma lavará igual. Evitar el agua muy caliente porque generará mayor grasitud.
El acondicionador, de requerirse, se aplicará en mínima cantidad y sólo en las puntas. Hay que aclarar muy bien todo resto de producto, y finalizar con agua fría para cerrar los poros y que no haya grasitud.
También se puede realizar un aclarado final con el zumo de dos limones, que es un gran astringente. Ayudará a que luzca más suelto y voluminoso. Luego, evita usar toalla, y simplemente sacude el pelo. Dejarlo al menos 15 minutos que se seque al aire libre.
Evitar además el secador muy caliente, y mantenerlo a no menos de 20 centímetros de la cabeza. No hay que cepillar en exceso.
Una buena mascarilla, por último, para este tipo de cabellos: Mezclar agua tibia con arcilla blanca, ya que ésta absorbe la grasa. Espera 10 minutos, ni más ni menos, y aclara en profundidad.
Fuente: Mujer de Elite