El acné adulto no es más que el perfecto ejemplo de como no podemos pensar que, una vez superada la adolescencia, nuestra piel se iba a ver libre definitivamente de todo tipo de granitos o imperfecciones. Recordemos que esta patología afecta hasta a un 85% de jóvenes sin distinción de sexo y que, al contrario de lo que podríamos pensar, no se circunscribe exclusivamente a ese tramo de edad sino que son muchos los adultos que la sufren.
De hecho son muchos los dermatólogos que han detectado en los últimos tiempos muchos casos de mujeres que acuden a las consultas quejándose de la numerosa presencia de granitos y puntos negros aparecidos de repente a edad adulta. Todo esto se refuerza con un estudio sobre acné adulto realizado por los laboratorios Vichy en los que se ha llegado a la conclusión de que a los 30 años, dos de cada tres mujeres, presentan imperfecciones. Y no es el único estudio que nos arroja datos preocupantes en este sentido.
Pensemos que existen estudios epidemiológicos que afirman que hasta un 15% de las mujeres sufren el problema del acné hasta los 50 años. Lo que si nos debe quedar claro es que ambos acnés, el de juventud y el adulto no son iguales sino que poseen unas características específicas distintas por lo que requieren de tratamientos o cuidados especiales. Así se suele decir que el acné adulto suele ser de dos orígenes diferentes, por un lado de categoría retencional, como pueden ser los puntos negros y los microquistes, y por otro de categoría ocasionalmente inflamatoria.
Una característica especial de este acné que afecta a las personas adultas en forma de granitos y puntos negros es que aparecen sobre piel menos seborreica y que se localizan, especialmente, en la parte inferior del rostro, en la barbilla. Si buscamos las causas que pueden hacer aparecer esta patología tenemos que hablar, obligatoriamente, de los desequilibrios hormonales causados por la ingesta de anticonceptivos. Estos anticonceptivos aumentan la secrección de sebo. Pero no es esta la única causa que encontramos para la aparición del acné adulto. Circunstancias como el estrés, el tabaco, la polución e incluso los tratamientos cosméticos no adaptados a la piel, constituyen una fuente de aparición de acné.
En cuanto al tratamiento, los expertos hacen una diferenciación entre los casos de acné leve, que incluirían los puntos negros o comedones abiertos y los de acné grave, que incluyen las lesiones inflamatorias. Para los primeros se aconseja la aplicación de retinoides, peróxido de benzoilo o antibióticos tópicos. Para los segundos, se propone un retinoide por vía oral durante varios meses, pero teniendo la precaución de no quedar embarazada en ese periodo.